
Mis aullidos son el llamado, yo quiero un lobo domesticado.
Por fin he encontrado un remedio infalible que borre del todo la culpa.
No pienso quedarme a tu lado mirando la tele y oyendo disculpas, la vida me ha dado un hambre voráz y tu apenas me das caramelos.
Me voy con mis piernas y mi juventúd por ahí aunque te maten los celos..
Tengo tacones de aguja magnetica para dejar a la manada frenetica, la luna llena como una fruta no da consejos ni los escucha.
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